Salimos de Bogotá ( una hora escasa de vuelo , aunque se gastan más de tres entre aeropuerto y trancones) y nos recibe una bofetada de calor importante; a una que viene de Sevilla...nada, pero ..se nota!
En el coqueto aeropuerto de Neiva nos recoge nuestro guia ( y ya amigo) Jorge Melo, pera visitar el desierto de La Tatacoa, la segunda zona más árida de Colombia en extensión tras la Guajira, y donde el cielo es mas claro ,de ahí el Observatorio Astronómico que alberga.
Nos adentramos por el desierto y los colores se van mezclando: desde el gris de Los Hoyos hasta el ocre intenso de Los Cuscos.Impresionante.
Primero almorzamos, ya que el sol tan alto y la temperatura no era la propicia para una caminata, así que en el Estadero de Lilia tomamos un almuerzo "corriente" (menü del dia) y esperamos la bajada del sol.
El sendero de Cusco, apenas una hora hasta el Observatorio,está lleno de imágenes para recordar, fósiles, figuras en piedra talladas por la erosión y colores ..una gama amplia de ocres iluminados por el radiante sol.
De regreso, pasamos por Villavieja y visitamos el pequeño Museo Paleontológico, allí se esfuerzan, pero los medios son pocos.
Nos quedamos en un hotel en el centro del pueblo, Casa Oliveros, bién..pero nada más.
Antes fuimos a relajarnos en uno de los termales de la zona : Los Angeles Termal, allí teniamos previsto quedarnos , pero no pudo ser , aún no habían terminado la reforma de las cabañas...maravillosas por cierto.
Gozamos de un agradable baño a tres temperaturas distintas y saboreamos una cena a base de picadas de carne y tortilla de papas!! Todo bajo las estrellas...Supo a gloria!
Con el cuerpo y la mente relajada....a dormir ....hasta la " Alborada"".
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